Participar en el Campamento Nacional Huellas Verdes 2025 fue una experiencia profundamente significativa. Como joven huellista, humanista y servidor de Dios, viví días de formación, encuentro y alegría que marcaron mi camino personal y comunitario.
Cada espacio del campamento fue una oportunidad para crecer: compartí risas, momentos de fraternidad y nuevas amistades con jóvenes de todo el país. Las formaciones abordaron temas esenciales como el cuidado de nuestra Casa Común y el valor de nuestros abuelos, quienes merecen amor, escucha y presencia.
Mi propósito al asistir fue claro: fortalecerme como líder huellista para poder acompañar a otros jóvenes en su proceso de integración al movimiento. Juntos podemos servir, cuidar nuestra tierra, velar por el país y seguir las huellas de Jesús con convicción y esperanza.
Somos la juventud que sueña y construye. Somos semilla de transformación que dará fruto en nuevas generaciones. Por eso, mi mensaje es claro: sigamos formando líderes para el servicio, que conozcan el espíritu de Huellas y lo lleven a cada rincón de Venezuela. Porque en la fe y el amor encontramos la fuerza para avanzar y descubrir que nada es imposible.
Me llena de orgullo haber compartido esta experiencia con jóvenes de distintos estados. Juntos hicimos posible este encuentro nacional, logrando el objetivo con entusiasmo y compromiso.
Agradezco profundamente al Profe Rafa por brindarme la oportunidad de participar, al equipo nacional de Huellas por su entrega y dedicación, a la Profe Nora por su apoyo constante, y a la Profe Yeral por su acompañamiento y espacios formativos.
Esta vivencia se queda en mi corazón como una huella imborrable que me impulsa a seguir caminando con alegría, fe y servicio.
Por Dengy Marchán
Colegio Madre María Luisa de la Peña, Fe y Alegría
Moralito, estado Zulia | Zona Andes