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DE HUELLISTA A COORDINADORA ZONAL

El lema de Huellas es “Líderes para el servicio” y es que podemos decir que en eso se basa el movimiento, en formar líderes comprometidos con su realidad social, eclesial y ciudadana. Para esto existen procesos formativos que buscan llevar al joven a través de una experiencia de crecimiento personal en valores, identidad y compromiso. Como resultado de esos procesos hay diferentes realidades y anécdotas.

Yo crecí estudiando en el colegio Fe y Alegría Padre Luis Antonio Ormieres, en Maturín. Allí en 1er año conocí el movimiento juvenil Huellas. Lo que me hizo seguir participando en los encuentros fue el deseo de obtener la plaquita de la promesa de huellas azules, un símbolo cuyo significado en ese momento yo no comprendía.

Con el tiempo fui descubriendo que en huellas hay más que juegos y símbolos, como parte del movimiento aprendí a conocerme a mí misma, a preguntarme cosas que en ningún otro lugar ni momento me había preguntado, y a descubrir que tengo dones y talentos para poner al servicio de los demás.

Una de las particularidades de Huellas es que siempre ha creído en la juventud, y siendo testimonio de que los procesos que aquí se desarrollan tienen un resultado visible, actualmente me desempeño como parte del talento humano de la asociación, en el grupo juvenil, como coordinadora de la zona oriente. 

Gracias a todas las herramientas que he adquirido al formar parte de Huellas; liderazgo, trabajo en equipo, empatía, resolución de conflictos, y a todos los acompañamientos que desde cada instancia se llevan a cabo, mi experiencia trabajando en la organización ha sido gratificante, me permite contrastar mi vivencia y perspectiva siendo huellista participante, con la de ser coordinadora, buscando siempre hacer lo mejor para aquellos que serán la generación de relevo.

Huellas ha sido un eje transversal en mi vida que me ha permitido crecer, acercarme y hacer vida comprometida con la iglesia, conocer parte de las personas que forman parte importante en mi vida, y pasar a construir poco a poco una comunidad de voluntarios y amigos.

Estoy muy agradecida con el movimiento, por creer y apostar por la juventud, también con todas aquellas personas que han estado conmigo formando parte en la construcción de este camino, todos los agentes pastorales que hoy colocan su tiempo y disposición en la formación y acompañamiento de los jóvenes, y con todos esos huellistas que con sus dones y entusiasmo dan vida y rostro a lo que hoy en día Huellas representa.

Prof. Verónica Ríos, Coordinadora Zona Oriente – Grupo Juvenil Huellas