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AL PASO DEL PRIMER CAMINANTE

El año 1989 marcó un hito en el desempeño pastoral de la Compañía de Jesús en Venezuela, sí, efectivamente la fundación del Movimiento Juvenil Huellas en medio de una realidad social y política de muchos retos para el compromiso cristiano, viene a refrescar los ai- res de evangelización juvenil ignaciana y a brindar esperanza en la formación de jóvenes con ganas de comprometerse con los más necesitados.

No fueron pocas las experiencias, personas y grupos que se sumaron para configurar esta propuesta. Creo que es importante reconocer el aporte hecho por quienes no pueden ser nombrados aquí, pues no nos alcanzaría el espacio ni el tiempo, a todos y todas muchísimas gracias por su empeño y dedicación. Este empeño junto al esfuerzo de los que se han sumado en el transcurrir de los años, ha configurado un Movimiento Juvenil como una propuesta significativa que ha tenido la capacidad de renovarse en personas, formación, organización y dinámicas buscando siempre estar a la altura de los tiempos.

La preocupación fundamental ha sido siempre ofrecer un espacio de formación juvenil que combine al mejor estilo ignaciano la reflexión con la acción, de manera que sea real la apuesta por jóvenes capaces de transformar la realidad desde su Vocación, capaces de ser “contemplativos en la acción”. A esta preocupación la ha acompañado la convicción de que Jesús de Nazaret, el Primer Caminante como lo llamamos en Huellas, suscita en la juventud las ganas de seguirlo y el compromiso con los más pequeños para aportar ese grano de mostaza que crecerá y fomentará la construcción del Reinado de Justicia y Amor.

Durante estos veinticinco años se ha formado una familiaridad que ha hecho que adolescentes, jóvenes, jóvenes adultos y adultos tejan relaciones y lazos de fraternidad que hacen anhelar el encuentro con el otro, alimentan las ganas de participar y ayudar en todo aquello que fomente la formación juvenil, y eso hace crecer personalmente a todos los que hacemos vida en Huellas. También se ha configurado un modo de proceder, un estilo de organizar y una manera de interactuar con la realidad que permiten un desempeño fluido en la Misión encomendada. En esta pequeña historia también se han cometido errores, considero necesario reconocer esta realidad, y ofrecer disculpas a las personas e instituciones que hayan sido afectadas por cualquiera de ellos.

Este cúmulo de experiencias va confirmando la apuesta por los jóvenes como sujetos del proceso formativo, pues el joven Huellista es activo en la configuración de la propuesta, no solo es participante, sino también Asesor, Acompañante y co-formador en el desarrollo de cada Etapa del Itinerario de formación. Este protagonismo juvenil es fruto de la trayectoria de Huellas y de los jóvenes quienes orientan la misión y se suman a ella.

El centro inspirador de toda esta realidad es el Primer Caminante, Jesús de Nazaret, su propuesta fraternal de justicia, solidaridad y amor. El rostro del Jesús amigo es fundamental para todo Huellista, pues le permite una relación cercana y profunda tanto con su realidad como con la de los otros. Hoy en Huellas queremos seguir tras los pasos del Dios con Nosotros, que se manifiesta en el más pequeño, el más necesitado y que inspira una vida con sentido y valor. Al paso del Primer Caminante queremos seguir las huellas, aprovechando el ánimo, la creatividad y la fuerza juvenil. Hoy nuestro reto mayor es crecer con firmeza, no dejar que la expansión por ningún motivo degrade la calidad, y creo personalmente que el apoyo en ese tesoro que hoy tenemos en Huellas Doradas, es la clave para llevar adelante este crecimiento. Dios conceda siempre a todos los que “Somos Huellas” seguir formándonos como “Líderes al servicio de los demás”.

Rafael Garrido s.j.

Artículo tomado de Revista 25 Aniversario Huellas, Ubicación en esta página Web: https://huellas.org.ve/wp-content/uploads/2021/08/REVISTA-ANIVERSARIO-HUELLAS-2014.pdf