Por Wuilmarys Oriana Dudamel Rodríguez
Soy originaria de la parroquia Jesús de Nazareth, en la zona Lara-Llanos, y mi camino en el Movimiento Juvenil Huellas comenzó en 2016. Hoy, como voluntaria activa en Huellas Carucieña, formo parte del equipo zonal ampliado y del equipo asesor local. Mi experiencia como huellista, culminada formalmente en 2023, no solo representa una etapa formativa, sino una verdadera revelación de propósito.
Huellas ha sido mucho más que un espacio de encuentro: ha sido escuela de vida. Cada dinámica, actividad y acompañamiento recibido me permitió descubrir talentos que antes desconocía, fortalecer mis convicciones y despertar una vocación de servicio que sigue guiando mis decisiones. A través de este proceso, aprendí a conectar la espiritualidad con la acción, y a ver en mi entorno una oportunidad constante para acompañar, transformar y construir comunidad.
El Movimiento me ha brindado herramientas para crecer, no solo como líder, sino como persona comprometida con una causa mayor. Asumir responsabilidades dentro del equipo zonal, participar en procesos formativos y contribuir al desarrollo de nuevas generaciones me ha enseñado que el liderazgo es auténtico cuando nace del amor, la escucha y la convicción.
Hoy, mi proyecto de vida está profundamente enraizado en los valores que Huellas sembró en mí: la empatía, el servicio, la fe y la perseverancia. Gracias a esta experiencia, no solo encontré dirección, sino también fuerza para seguir caminando y acompañando a otros en sus propios procesos.
Huellas transforma, inspira y acompaña — y yo soy testimonio vivo de ello.
¡Una vez huellista, siempre huellista!


